viernes, 17 de diciembre de 2010

El origen de los Pirineos (leyenda aragonesa)

La princesa Pyrene

Túbal, el mitológico nieto de Noé y primer poblador de la península, tenía una hija, Pyrene, dotada de todas las gracias de la feminidad. La fama de su belleza llegó a oídos del horrible Gerión, monstruo de tres cabezas y pastor de brutales costumbres, que decidió hacerla su esposa. Pero Pyrene se negó a los deseos del pastor y huyó hacia el norte, ocultándose en un monte cerca del Mediterráneo. Gerión la buscó enfurecido por entre las cuevas y revueltas del monte y, al fin, desesperado por no encontrarla, decidió prender fuego al monte.
Justo entonces Hércules volvía a Italia, tras cumplir uno de sus trabajos, y observó la enorme humareda que se elevaba al norte. Al acercarse, oyó los gritos de socorro de la desesperada Pyrene. En vano intentó rescatarla pues cuando llegó hasta ella, Pyrene ya estaba agonizante. No obstante, todavía tuvo fuerzas suficientes para contarle lo que le había ocurrido.
Hércules decidió enterrarla en aquel mismo lugar, preparándole un colosal mausoleo en honor a su belleza y valor. Así, cogiendo las rocas del incendiado monte, fue montando unos sobre otros los enormes peñascos, hasta formar la hermosa cordillera que, en recuerdo de la hija de Túbal, se llamaría Pirineos.
Esta bella leyenda nos cuenta el origen del Pirineo.






Esta leyenda está sacada de:
www.turismodearagon.com/web/conocer_aragon/index.asp?idNodo=108&idNodoP=9

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